Diversas son las versiones que envuelven el misterioso origen de la tapa, tal y como la conocemos, un manjar que, según la región en la que nos encontremos, recibe un nombre u otro. Una tapa que acompañe a la bebida suele ser gratuita, aunque en algunas regiones está costumbre se está perdiendo. El pincho es más grande que la tapa y, casi siempre suele tener un coste añadido. El concepto del pincho o (pintxo) proviene de la gastronomía vasca ¿Y el chato y tapa?
Se cuenta que la palabra tapa viene de la costumbre de tapar los vasos de vino con una rebanada de pan o de jamón para así, evitar que entrara polvo o algunos insectos indeseables. Otra de las versiones cuenta que, durante el reinado de los Reyes Católicos, debido a los accidentes provocados por las carretas a la salida de las tabernas y mesones, se obligó, bajo normal real, a servir la cerveza y el vino acompañado de una pequeña porción de comida fría.
Pero las tapas nunca suelen ir solas. Pedir un chato de vino, ya sea en locales modernos o con cierto aire tradicional, es una costumbre muy extendida en nuestro país. Posiblemente la palabra chato provenga de Cíato (del griego Kyathos) que era como una especie de cazo que utilizaban los griegos para pasar el vino de la vasija a la copa.
Pero, independientemente de su origen, lo que está claro es que el tapear es sinónimo de socializar, una costumbre muy nuestra.
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