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La Semana Santa Tradicional de Extremadura.

  • 13 jul
  • 12 Min. de lectura

Actualizado: 16 jul

9 rituales únicos y propios de esta región

La Semana Santa es uno de los grandes eventos religiosos y culturales del año. Se desarrolla cuarenta días después de la celebración del carnaval y está formada por una serie de rituales y de ceremonias que se sustentan en el contexto religioso. Durante este periodo se reproducen sucesos como la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, que constituye el dogma de fe de la religión cristiana y de la Iglesia Católica.

Las procesiones actúan como medio de representación tradicional del final de la vida de Jesucristo que parte de su entrada en Jerusalén y termina con su resurrección. En Extremadura destacan algunas como la del Cristo de la Paz de Badajoz, la del Cristo Negro de Cáceres o la del Encuentro de Plasencia. Pero en esta autonomía también sobresalen varias celebraciones únicas y propias de la Semana Santa en las que están presentes los iconos religiosos, el sentimiento de pertenencia de un pueblo, las tradiciones paganas y los elementos rituales.


Procesión de los Faroles en Serradilla


La Semana Santa arranca en la localidad cacereña de Serradilla con una procesión única formada por farolillos de papel. Hace más de 200 años que este municipio extremeño saca en procesión a la Virgen de los Dolores. En un principio esta imagen recorría las calles de Serradilla escoltada por una comitiva de antorchas que alumbraban su camino, pero hace más de un siglo que las antorchas fueron sustituidas por faroles de tela que, posteriormente, pasaron a ser de papel.

Otro rasgo característico de esta procesión es que está protagonizada por los niños. Son los más pequeños quienes portan estos faroles que están colocados sobre una larga caña de bambú. Además, están formados por una base de cartón y portan una vela en su parte central. Cada farol es decorado por su portador de una manera libre y personal, de esta forma la procesión de los faroles adquiere un colorido y una singularidad única.

Este ritual, que se celebra el viernes de dolores, termina con un encuentro en el que los faroles que han salido en procesión son quemados en diferentes hogueras. A pesar de que la infancia adquiere todo el protagonismo en esta celebración, los adultos y los ancianos participan en la elaboración de los faroles, acompañan a los portadores en la procesión y están presentes y colaboran en la quema final. La procesión de los faroles es un acontecimiento que conecta a todos los habitantes del municipio con su pasado más ancestral y tradicional.


Procesión de los faroles de Serradilla/ ayuntamiento de Serradilla.
Procesión de los faroles de Serradilla/ ayuntamiento de Serradilla.












Pasión Viviente Oliva de la Frontera


Oliva de la Frontera es el escenario de representación de la gran pasión viviente de Extremadura. Estar en este municipio pacense durante la Semana Santa es hacer un viaje en el tiempo a la Jerusalén de hace más de 2.000 años. Durante estos días más de 500 personas recrean el final de la vida de Jesucristo dando forma a un evento cultural extraordinario que está declarado como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

La Pasión Viviente Oliva de la Frontera se celebra desde el año 1976. El Párroco D. José Ramos Capilla, acompañado de un grupo de jóvenes y adultos, dio forma a un acontecimiento único que se desmarcaba de las procesiones que se celebraban siguiendo los cánones tradicionales. Esta pasión viviente aprovechó los escenarios naturales del municipio para representar al aire libre los sucesos más relevantes de la pasión de Cristo. Todo esto también permitió a la comunidad cristiana vivir la Semana Santa de una forma más profunda.

Desde hace 50 años vecinos de todas las clases sociales participan en este evento que en su momento llevó a formar la “Agrupación Local de la Pasión Viviente”. Además, la conexión de los habitantes de Oliva con su pasión viviente dio lugar a la creación de la “Pasión Viviente Infantil” en la que participan los niños y niñas que debido a su edad no pueden encarnar los papeles principales de la gran pasión de su municipio. Hace años que este acontecimiento forma parte del patrimonio religioso, artístico y cultural de Oliva de la Frontera y se transmite de generación en generación manteniendo su esencia.


Prendimiento/ ayuntamiento de Oliva.
Prendimiento/ ayuntamiento de Oliva.

Los Empalaos de Valverde de la Vera


Los Empalaos son el gran rito de la Semana Santa de Extremadura. Cuenta la tradición que los Empalaos y su hermanos de luz, los Cirineos, cubren su Manda después de la medianoche del Jueves al Viernes Santo.

Se trata de un ritual personal, íntimo y secreto, donde algunos no aciertan a explicar si se trata de un reto, un rito o una prueba personal de que la vida sigue y debe seguir. Transitan en el silencio de la noche de Valverde de la Vera, solo roto por el agudo tintineo de la vilortas, chirriante eco que estremece el somnoliento sonido del agua de las regueras.

Llega la hora, cada uno va al lugar donde aguardan sus ropas. Se desnudan el torso y los brazos, se aprietan la cinturilla de la enagua y se juntan con su pensamiento, consigo mismo. Mientras el maestro vestidor rodea su pecho con la soga de esparto, se extienden los brazos sobre el viejo timón del arado. Se ciñe la soga a un brazo, luego al otro, con especial cuidado en sus codos, en sus manos, en sus dedos. Todo se entumece, se duerme. La mujer también participa vestida con túnica morada de Nazareno, espera paciente mientras visten al Empalao, en silencio. Todo está listo, cubren los rostros con un velo blanco el Empalao y uno negro la Nazareno, se coronan con una corona de espinas. Ella se coloca la cruz en su hombro y a él, ya ensogado le colocan las espadas al timón, las estolas en cada brazo y las vilortas que avisan de su llegada. Los cirineos encienden su candil y se cubren con el berrendo.

 Comienza el recorrido cada uno desde su casa, con una santa compañía de familiares y amigos, buscando una cruz tras otra, arrodillándose, orando cada uno en su credo. Un hermano Empalao se acerca, comienza una especie de ritual de saludo, rodilla en tierra permanecen un instante ambos, se muestran respeto en silencio, luego se incorporan, se miran y como un extraño baile se cruzan y continúan cada cual a buscar la próxima cruz, cada uno con su Manda. Detrás, su fiel escudero el Cirineo, le acompaña cubierto del viejo berrendo de lana de colores, vigilando sus espaldas, dando luz a sus pasos, limpiando sus pies de piedras en cada estación, para hacer menos difícil su caminar descalzo . Junto a ellos la mujer Nazareno, repite sus pasos, cierra la estampa, todos en sobrecogedor silencio.

Por fin en casa. Les despojan de sus ropas, sonrisas, emoción, lágrimas, besos… Se retira la soga de manera inversa a como se ha puesto, primero los brazos, dormidos de la presión de la soga tras más de una hora, se les dan friegas con alcohol de romero para que recuperen su ser, sin prisa, con cuidado que no caigan esos brazos, aún inertes. Todo ha ido bien, solo las marcas de la soga en el cuerpo desnudo hace que se note su Manda.



Escrito por:

@Pepe_Casado 2025


Empalao en su penitencia/ Maria Calero
Empalao en su penitencia/ Maria Calero

La Procesión de las Banderas de Olivenza


El Jueves Santo es un día muy señalado en el calendario religioso y cultural de la localidad pacense de Olivenza. En esta ciudad tiene lugar la Procesión de las Banderas, también llamada Procesión de los cuadros. Este desfile procesional se diferencia de las procesiones más habituales en que está formado por una serie de estandartes que muestran escenas de la Pasión de Cristo.

Esta procesión forma el gran acto público de la Hermandad Nuestra Señora de la Misericordia. La mayoría de estos estandartes fueron trazados en el siglo XVIII y sus escenas conmovían a los asistentes a esta procesión. A día de hoy los colores y las figuras que aparecen en estas banderas siguen captando la atención de los habitantes de Olivenza y de sus visitantes.

La Procesión de las Banderas es abierta por un hombre que porta una matraca y los estandartes presentan un orden cronológico de la pasión de Cristo. En ellos aparece el Beso de Judas, la presencia de Jesucristo ante Pilatos, Jesús atado a una columna, la puesta de la Corona de Espinas, el Ecce Homo, el Cristo camino del Calvario, la Piedad, la Virgen de la Merced, la Dolorosa o el Entierro de Cristo. En todas estas escenas destaca una representación de la crueldad que resulta sobrecogedora.


La Quema del Judas en Cabezuela del Valle

En pleno Valle del Jerte se sitúa la localidad cacereña de Cabezuela del Valle. En este municipio se celebra uno de los rituales más singulares del Sábado Santo Extremeño. Se trata de la quema de la figura de un Judas que es llevada a cabo por los vecinos de Cabezuela. Es tal la importancia que ha adquirido esta celebración, que la Quema del Judas aspira a ser Fiesta de Interés Turístico de Extremadura.

El origen de este rito se pierde en el tiempo, aunque se dice que guarda referencias judeo-inquisitoriales. A día de hoy este pelele es fabricado por los miembros de la Asociación Amigos del Judas y está formado por una estructura metálica que simula a este muñeco y que guarda en su interior una gran carga de explosivos. Todo esto da lugar a un espectáculo atronador y es una muestra de la evolución de esta festividad adaptada a los medios actuales.

Durante la mañana del Sábado Santo el Judas es montado en un burro y se somete a un paseo cargado de afrentas. Vecinos de todas las edades reprochan al pelele la tradición que cometió el discípulo Judas sobre Jesucristo. Posteriormente, esa figura queda colgada en el Ayuntamiento del municipio y en la noche de ese mismo día tiene lugar la Procesión del Encuentro.

Alrededor de las 00:30 horas el Judas es quemado en un punto alejado de la población llamado paraje de la Pesquerona. Este cambio de ubicación se realiza para reducir el riesgo de incendio y de daños personales. Finalmente, la festividad en la que participan todos los vecinos, continua en el interior de la localidad con una verbena popular.


Domingo de Tiros de Zarza la Mayor


El Domingo de Resurrección es uno de los grandes días de la Semana Santa y en el municipio de Zarza la Mayor se vive de una forma diferente. En este día miles de personas se congregan en esta localidad ubicada en la provincia de Cáceres para formar parte de un rito que marca el fin de esta etapa de liturgia.

Durante el Domingo de Tiros los habitantes de Zarza la Mayor recorren sus calles lanzando salvas al aire y portando escopetas. Este acontecimiento crea un ambiente de humo y pólvora propio de esta festividad. Todo se desarrolla justo después de que las imágenes de la Virgen del Castillo y de Jesús el Resucitado representen su particular encuentro alrededor de las 11:00 horas. Además, durante este día se pueden ver a los vecinos de la localidad ataviados con trajes regionales acompañando a ambas imágenes.

El Domingo de Tiros es un acontecimiento que actúa como referencia a un acto denominado Reverencia. Este momento hace alusión al trance que vive Jesucristo al encontrarse con su madre, la Virgen María, que le anuncia su triunfo sobre la muerte y su resurrección. Ese encuentro es el que se representa con las imágenes de la Virgen del Castillo y de Jesús el Resucitado en Zarza la Mayor.


Escopetas y pólvora en las calles/ Zarza la Mayor
Escopetas y pólvora en las calles/ Zarza la Mayor



















Enramá de Orellana la Vieja


La madrugada del Domingo de Resurrección es uno de los momentos más esperados por los habitantes de Orellana la Vieja. Se trata de un día en el que celebran un rito que rompe con los patrones de la Semana Santa tradicional. Es tal la importancia que ha adquirido la festividad de la Enramá, que ha sido declara Fiesta de Interés Turístico Regional.

A día de hoy no se conoce el origen de la Enramá. Todo parte de una tradición en la que los mozos del pueblo acuden al campo santo de la localidad a recoger especies herbarias como tomillos, lavanda, poleo, jaramagos, tomillos y hojas de palmera.

Posteriormente, a las 03:00 horas de la madrugada del Domingo de Resurrección se trenzan lianas con esas hierbas que cuelgan de los balcones y de las ventanas más altas de las casas en la llamada Noche de los Jaramagos. A continuación, el suelo de las calles se cubre con poleo, tomillos o jaramagos creando un aroma característico de ese día. También llaman la atención la elaboración de arcos con lianas que marcan el inicio y el final de este recorrido silvestre. Después de este trabajo se degustan unas migas.

Una vez que se crea este ambiente, los mozos del pueblo adornan de una forma exquisita las ventanas de las casas de las mozas que quieren enamorar. Aunque ya empieza a ser habitual que sean las mujeres las que también decoren las viviendas de los hombres a los que pretenden. En caso de que la parte pretendiente sea rechazada, adornará la fachada de la parte pretendida con cardos, jaramagos o yerbajos para dar a entender que no se está de acuerdo con la decisión.

Una vez que amanece, alrededor de las 08:00 horas de la mañana, sale de la iglesia la imagen de la virgen portada por mujeres mientras entonan el canto de Ya suenan las esquilitas. Tras recorrer puntos concurridos de Orellana la Vieja, la imagen llega a la calle del Convento. Allí la virgen se detiene y se le quitan sus ropajes negros para sustituirlos por vestiduras de color blanco transmitiendo una imagen de alegría. Ahí los hombres toman el relevo de las mujeres.

Mientras esto sucede la imagen del resucitado espera a la imagen de la virgen. En ese momento suenan las esquilitas y las imágenes de madre e hijo inician una carrera entre la multitud para culminar su encuentro. Finalmente, vuelven a tomar el relevo las mujeres y recorren las calles hasta llegar al templo donde se celebra la Santa Misa. La Enramá es un ritual único que conecta a la Semana Santa con las celebraciones ancestrales propias de la primavera.


La Carrerita de Villanueva de la Serena


En Villanueva de la Serena se celebran una de las procesiones más intensas y frenéticas del mundo. Este rito dura alrededor de 20 segundos y se basa en una carrera de 100 metros en la que la imagen de la Virgen de la Aurora y la del Cristo Resucitado corren a su encuentro.

Todo comienza alrededor de las 07:30 horas de la mañana. En ese momento los habitantes de este municipio pacense buscan el mejor sitio para ver esta procesión sinigual en la que participan la Hermandad del Cristo Resucitado y la de la Virgen de la Aurora. Antes de que comience este rito, los Hermanos de la Aurora tienen que efectuar un sorteo que determine quiénes serán los portadores que al año siguientes corran con las andas.

Posteriormente, a las 09:00 horas, la imagen del Cristo Resucitado sale de la capilla de las Concepcionistas Franciscanas trasladándose a la Plaza de España para esperar a la virgen. Mientras tanto, el pendón de la Cofradía de Nuestra Señora de la Aurora sale de la Parroquia de la Asunción. Desde allí se ordena a los portadores de la virgen que efectúen una carrera hasta encontrarse con el cristo. Una vez que están las imágenes frente a frente, son mecidas para saludarse. Todo termina con la interpretación de la Marcha Real por parte de una banda y ambas imágenes vuelven a la Parroquia de la Asunción.


Día de la Luz en Arroyo de la Luz


Muy cerca de la ciudad de Cáceres se sitúa el municipio de Arroyo de la Luz que pone fin a la Semana Santa con el Día de la Luz. Este acontecimiento se celebra el Lunes de Pascua y durante este día conviven los actos religiosos con un rito único de ritmo frenético. El Día de la Luz se celebra desde el año 1229 y en 1997 fue convertido en Fiesta de Interés Turístico Regional.

Todo comienza a las 08:00 horas del Lunes de Pascua con el ruido de los cohetes y el relinchar de los caballos que realizan carreras al galope por la calle de La Corredera. Este tramo urbano es uno de los más emblemáticos de la localidad y tiene su asfalto cubierto de arena.

Una hora después, sale la procesión desde la Plaza de la Constitución. Esta comitiva destaca por estar encabezada con la Cruz Parroquial que va acompañada por los estandartes y por los pendones de las cofradías. En esta procesión también están presentes el clero, las autoridades y los caballos que participarán en el rito posterior.

Jinetes, oriundos y visitantes se desplazan hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Luz, que es la patrona de la localidad. En ese lugar se celebra una misa multitudinaria y todos los asistentes piden a la virgen ser cubiertos por su manto para que la festividad se desarrolle sin incidentes.

A las 12:00 horas, y en las calles de Arroyo de la Luz, comienzan los desfiles. En ese momento se da paso al comienzo de las carreras en las que 200 jinetes y amazonas bajan a lomos de sus caballos la Calle La Corredera a una velocidad vertiginosa y abriéndose paso entre la multitud. Mientras tanto, se informa a la población de que tengan cuidado por el paso de caballos.

Después las carrozas amenizan con música la Calle Corredera llenando de júbilo a los asistentes. En ese momento se anuncia la última carrera de caballos y la última procesión que transcurre desde la Plaza de San Sebastián hasta la Plaza de la Constitución.

El origen de esta festividad se asocia a la leyenda de “La batalla del Pozo de las Matanzas”. El relato cuenta que en la primavera de 1229 el rey cristiano Alfonso IX plantó batalla a los musulmanes presentes en la ciudad de Cáceres y alrededores. Ambos ejércitos se encontraron cerca del “Pozo de las Matanzas” en plena Dehesa de la Luz. Los cristianos iban a ser derrotados hasta que uno de ellos invocó a la Santísima Virgen de la Luz. El resto de soldados se sumó a esta invocación y la virgen apareció sobre una colina cegando a los musulmanes e iluminando a los cristianos.

Los jinetes corrieron hacia el pueblo para contar lo ocurrido entrando a galope por la Plaza de San Sebastián y pasando por la Corredera donde los habitantes de Arroyo veían atónicos como cabalgaban los vencedores. Una vez que llegaron a la Plaza de la Asunción, el señor del castillo anunció la liberación del pueblo.


Día de la Luz/Juan Luis Bermejo

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