top of page

Los jinetes, la pólvora, el fuego y la devoción se unen en la Encamisá de Torrejoncillo.


Durante la noche del 7 de diciembre las frías calles de la localidad cacereña de Torrejoncillo entran en calor con la celebración de La Encamisá. Esta Fiesta de Interés Turístico Regional se distingue por la presencia de centenas de jinetes ataviados con sábanas blancas que van acompañados por un número similar de escopeteros. Todos ellos y las gentes del municipio muestran su devoción a la Virgen de la Inmaculada que sale en procesión.



Procesión del estandarte.
Procesión del estandarte. Imagen cedida por Gustavo Rodríguez

La emoción de La Encamisá aflora en los días previos


Los 3.000 habitantes que residen en este municipio extremeño son una parte activa e indispensable de esta festividad que se celebra desde hace más de 100 años. La mayoría de ellos forman parte de la Asociación de Paladines de la Encamisá que participa en la organización de esta fiesta y asume la mayordomía.

Este grado de implicación que procede de la emoción y del sentimiento de pertenencia, garantiza la supervivencia de esta festividad centenaria. Además, durante las semanas previas a La Encamisá, el centro de Educación Infantil y Primaria de la localidad y su Instituto de Enseñanza Secundaria, organizan talleres de preparación de dulces típicos y de elaboración de cartuchos que van destinados a niños y adolescentes.

El día 6 de diciembre el fervor por la Encamisá se hace todavía más visible. A las 12:00 horas del mediodía tiene lugar la Ofrenda de Flores a María, que es llevada a cabo por mujeres que lucen trajes regionales que se complementan con el Pañuelo del Gajo. Esta prenda se compone de una tela que es bordada con una serie de lentejuelas y canutillos que se colocan con todo detalle y con el cuidado necesario para que los remates sean perfectos. Se trata de la prenda más típica y artesanal de Torrejoncillo.


Los grandes rituales del día 7 de diciembre


La fiesta de la Encamisá arranca en la madrugada del día 7 de diciembre, concretamente a las 00:00 horas. A partir de ese momento tiene lugar un ritual llamado Andar la Encamisá. Este acto consiste en hacer el recorrido que horas más tarde hará la procesión de la Inmaculada. Este trayecto se debe hacer a pie, rezando el rosario o simplemente en silencio. Además, no hay una hora establecida para andar este camino, cualquier persona puede recorrerlo entre las 00:00 horas y las 22:00 horas del día 7 de diciembre.

Cuando se Anda la Encamisá se está realizando un acto íntimo de naturaleza individual. El origen de este ritual se sitúa en los inicios del siglo XX cuando los lutos se llevaban a cabo de una forma totalmente solemne y rigurosa. Normalmente, este recorrido lo hacían las mujeres que habían perdido a un ser querido y que por diferentes circunstancias no podían estar presentes en la procesión de la Inmaculada.


Finalmente, llegan las 22:00 horas del día 7 de diciembre. En ese momento los habitantes de Torrejoncillo y miles de curiosos y visitantes se congregan a las puertas de la Iglesia de San Andrés Apóstol. Todos esperan con devoción la salida del Estandarte de la Inmaculada. Pero el aspecto diferencial de esta festividad, es que todas esas personas están acompañadas de 140 jinetes y de 140 escopeteros que dan vida al inicio y al recorrido de la gran procesión de Torrejoncillo.



Salida del estandarte de la virgen
Salida del estandarte de la virgen.Imagen cedida por Gustavo Rodríguez

Los jinetes llaman especialmente la atención por su vestimenta, su singular traje está formado por una gran sábana blanca encabezada por una caperuza que cubre su cabeza. El resto de la prenda se deja caer cubriendo su cuerpo y el del caballo.

En las ropas que visten los jinetes destacan sus bordados. Los tres que van al frente de la procesión tienen bordada una imagen de María Inmaculada y varios de los que se sitúan justo detrás llevan una M Mariana. El uso de esta prenda es el que da nombre a la festividad de La Encamisá y consiste en una sábana que se usa como si fuera una gran camisa. Además, cada uno de los jinetes porta en su mano un farolillo que tradicionalmente servía para iluminar las calles.

La procesión del estandarte tiene una duración aproximada de 3 horas. Durante su recorrido los jinetes lanzan salves en honor a la virgen y los escopeteros disparan sus cartuchos creando un ambiente de júbilo y devoción que llena las calles de Torrejoncillo. La figura del estandarte es llevada por el mayordomo que está escoltado por otros dos jinetes. Durante el recorrido los vítores de las gentes del municipio y del resto de jinetes sobrecogen a todos los presentes.



Devoción en la procesión de Torrejoncillo
Devoción en la procesión de Torrejoncillo. Imagen cedida por Gustavo Rodríguez

Todo se desarrolla en un ambiente participativo en el que destacan las grandes hogueras que encienden los vecinos por todo el pueblo y que sirven como punto de encuentro en el que protegerse del frío. Una vez que el estandarte regresa a la iglesia de San Andrés, lugareños y visitantes se reúnen en torno a esas hogueras festejando y degustando platos típicos de la zona como patera, chorizo o panceta.


El sentimiento del portador del estandarte


En el año 1973 se constituyó la Asociación de los Paladines de La Encamisá. Esta institución se creó con el objetivo de salvaguardar la festividad y se hace cargo de la mayordomía. Eso hace que uno de los socios de esa institución porte el estandarte en calidad de mayordomo. Pero se trata de un cargo alterno, ya que un año el mayordomo de la asociación porta el estandarte y al siguiente lo lleva un voluntario que hizo una promesa a la virgen. De esta forma el cargo de portaestandarte rota entre los miembros de la asociación y entre las gentes del pueblo que tienen una forma de expresar su devoción y su agradecimiento a la Inmaculada.



Portador del estandarte escoltado por jinetes
Portador del estandarte escoltado por jinetes. Imagen cedida por Gustavo Rodríguez

El origen bélico de la Encamisá de Torrejoncillo


La Encamisá forma parte de esas festividades extremeñas que no tienen un origen definido. Las corrientes actuales y los historiadores teorizan sobre una posible procedencia en la batalla de Pavía. Este conflicto bélico tuvo lugar en ese enclave italiano en el año 1525. En la contienda combatieron las tropas del ejército francés de Francisco I contra los soldados del bando germánico-español de Carlos V que terminaron haciéndose con la victoria.  

En esta batalla un comandante llamado Ávalos procedente de Torrejoncillo se encomendó a la Virgen de la Inmaculada. Acto seguido ordenó a sus soldados que se encamisaran con sábanas blancas para camuflarse en la nieve y usar esa táctica para vencer en ese enfrentamiento. Cuando esos soldados regresaron a Torrejoncillo contaron lo sucedido y comenzaron a hacer representaciones de la batalla.


Hoy en día esta tradición ha seguido su curso hasta convertir a La Encamisá en una de las festividades más punteras y conocidas de Extremadura. Se trata de un evento que combina diferentes rituales que conmemoran una hazaña bélica, el fervor religioso y la tradición de un pueblo. El paso del tiempo ha aumentado la popularidad de esta festividad que durante el día 7 de diciembre cuadruplica la población de Torrejoncillo y que aspira a ser Fiesta de Interés Turístico Nacional.

1 visualización0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page